Contradicción Sociológica de un Título

Naturaleza de la Cultura

Imagínense como sí en el principio el Universo entero estuviera contenido dentro de la cáscara de una nuez, no intento plagiar la teoría de nadie pero es una analogía eficaz para construir en el imaginario, lo diverso que es el Ecuador.

Ahora, ¿creen ustedes que esa cultura, esa diversidad, y la creatividad artística que nace de la misma, debe concentrarse en ciertas ciudades?

Es obvio por razones naturales que  los sustantivos a los que me refiero, son imposibles de enjaular o de condenarlos a un solo espacio territorial. La cultura se expande, transforma, vuelve a atacar. El mundo entero vive y experimenta todos los días una pandemia de cultura, arte y creatividad. Yo al menos estoy feliz de vivir enfermo, el problema radica y preocupa justamente en curarse, y hay veces que no nos damos cuenta de que ya andamos curados, hasta llegar al inevitable punto en el que la angustia explota de saber que aquella enfermedad que tanto disfrutabas se ha desvanecido por toneladas y toneladas de medicina natural, cultural, alternativa, ¡DIVERSA! vayan y averigüen en que batalla lingüística se encuentran para esta definición prefiero usar los términos que siento son los correctos.

Para colmo he escuchado el equívoco garrafal de pensar en una concentración citadina de las artes, o de una rama académica; por decir, Cuenca y su cuna de abogados, Guayaquil y su cuna de economistas quizá, Quito y su cuna de excentricidades. ¿Acaso tenemos los ojos en la nuca? Y justamente esta es la razón por la cual me he animado a escribir, indignado en ese tan invisiblemente enraizado pensamiento individualista, y hasta monopolista de pensar, debatir y hasta defender cosas como ¡Que el arte se quede en Cuenca, de donde siempre fue! ¡Cómo es posible que se concentre ahora el arte en Guayaquil!

¿Sintieron la envida?¿Dónde están los sentimientos de los que tanto nos jactamos los humanos?

¿Acaso no quieren ustedes opinar al respecto?

Pues yo lo hago por medio de este escrito y aunque a esta altura del texto, asumo conocen mi posición al respecto; enfatizaré y dirigiré estas últimas líneas en exhortar al preciado u odiado lector, tome conciencia de que nuevas ideas deben tomar la posta de las viejas, ¡Cuenca no puede ser mas el centro cultural de nada! Cuenca puede brillar por sus creaciones artísticas en cualquier campo, sin embargo nadie tiene el derecho de concentrar privilegios de este tipo para nadie, de lo contrario caemos de nuevo en colocar grillete a las aves, o encerrarlas, cortarle las alas.

El mundo necesita que todos nos enfermemos y el medio para hacerlo es este. ¡Revolquémonos en el virus cultural!