jueves, 30 de agosto de 2012

Política o Politiquería


Política; dicen muchos, es un simple atributo del hombre, una actitud que la llevan muchos incluso sin saberlo y hasta negándola. Se hace política cuando en tu hogar tomas una decisión que piensas es lo mejor para todos. Haces política cuando tomas una decisión que te afectará pero beneficiará a alguien o algunos otros. Y bueno, los casos de siempre, elecciones en tu colegio, escuela, universidad y en tu vida profesional ni se diga, más aun cuando tu vida se dirige por el sector público, pero siempre todo enfocado a buscar un resultado positivo, incluso mejor que el estado anterior, siendo ente funcionario y de servicio a la sociedad.

Con todo esto podríamos colegir que POLÍTICA es el arte de servir a los demás, el verdadero significado que debería tener es un concepto cien por ciento altruista, e incluso lo llevamos al campo de las artes, de la cultura, a sabiendas que cultura es todo aquello que el hombre realiza y que no es natural (de naturaleza) lo que nos llevaría incluso a pensar que el ser humano es "servicial" por naturaleza, el dilema es hasta qué punto de forma altruista.

Si entonces política tiene ese significado tan atractivo y tan condescendiente con la sociedad, ¿qué fue lo que pasó?

Está muy claro que las ambiciones humanas, la terquedad y la "imponencia" de una idea sobre otra, lo cerrados que terminamos muchos en lograr que NUESTRA idea sea la que resalte y la que maneje una sociedad o triunfe en el mercado de ideas, el egoísmo y la avaricia por concentrar riqueza, incluso el miedo implícito de no poder satisfacer tus necesidades y la de tu familia que te llevan a buscar ciegamente el éxito socio-económico; son los factores que terminan deteriorando cualquier acción que en su inicio fue completamente inocente, que pretendía un bienestar colectivo, una satisfacción altruista y poco más ¡de paz mundial! 
El resultado de tantas manos en una idea inocente da como consecuencia el nuevo término POLITIQUERÍA, que es una especie de mutación, un hermano gemelo malvado del término, lleno de favores, de enemistades por rivalidad, de cuotas, de oportunismos, de incoherencia con tus propios principios, de incluso buscar por enferma ambición llegar a tocar la luna en tu paso rozar el sol y con tus dedos poder medir el tamaño del universo en su totalidad, para valorarlo.... y venderlo.

Lastimosamente se ha vuelto una práctica consuetudinaria, es cosa de todos los días, y por más puros que nos creamos de alguna forma lo terminamos haciendo -¡¿cómo?! ¡pero si nunca pensé nada malo!- Si seguramente no pensaste nada malo, pero ¿qué hiciste para lograrlo? incluso ¿qué dejaste de hacer, qué no apoyaste y dejaste a un lado para lograrlo? Para darte cuenta de todo esto, te invito a que te auto evalúes, todos los días debemos pasar por nuestro propio filtro, algunos pueden decir que ¿cómo pasar por el filtro propio, si nosotros somos los que obramos mal? La respuesta es más sencilla de lo que piensan, nuestros principios y normativas morales están ahí, lo que hacemos es o bien omitirlas, o bien pisotearlas, pero nunsa se fueron... ¿qué les parece si las utilizamos? 

Bien, si de algo se ha caracterizado mi sociedad es de criticar. Todo lo explicado arriba comprende a la explicación del problema, ahora me atrevo a plantear una solución, y por supuesto, abierta a cualquier discusión.

El problema, como casi todas las temáticas de problema sociológico; están en la educación. No sólo la educación formal, quizá debamos partir de la educación formal, porque al fin y al cabo ¡es lo que hay! pero ¡de esto se trata, de tomar lo que hay!, ¿de qué sirve tomar lo que no hay para crear algo y aplicarlo? A partir de la educación formal TRANSFORMADA aplicando metodologías que permitan olvidar aquello de "hombre lobo del hombre" (homo homini lupus) porque simplemente me niego a creer que por naturaleza seamos malos, lo que si somos es necios, tercos, mal educados, ambiciosos; pero todo esto a raíz de una metodología siempre competitiva, siempre buscando instintos de supervivencia en una sociedad que lo que busca ahora es mas bien CONVIVENCIA. ¿Y si todos aprendemos igual y ayudamos a otros a aprender? 


Cuando nos olvidemos de que la rentabilidad no sólo puede ser económica, sino social; individual y colectiva; sentimental, valorativa (no de precio). Saber que lo que puedes ganar no es sólo dinero, sino felicidad, y que la puedes compartir a los demás.
Cuando los seres humanos nos demos cuenta de que se acabo la época de sobrevivir a costa de otros, que para subir un cerro, debemos pisotear a otros que lo intentan, y que es posible una sociedad en que las sonrisas no sean simples máscaras que reflejen tu falso status quo de felicidad, bonanza, por simple argumento del ¡qué dirán! entonces los paradigmas habrán cambiado, entonces quizá no necesitemos ni un gobierno, sino simplemente una verdadera Política de Convivencia.
No sé ustedes, pero yo aun tengo esperanza de rescatar un término tan valioso.

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